La reivindicación de la cultura

Surgidos en plena represión franquista, donde todo lo que tuviera que ver con las tradiciones vascas estaba prohibido, seis agrupaciones vizcainas han conseguido superar los sesenta años de historia

e

HAY una característica que une a los grupos de danzas Edurre, Laguntasuna, Amaia, Eusko Lorak, Elai Alai y Gaztedi: nacieron en pleno franquismo. En una época en la que todo lo que sonara a cultura vasca estaba prohibido. “Uno de los motivos fue reivindicar la cultura vasca”, señala Kepa Ogiza, de Edurre Euskal Dantza Taldea de Basauri, quien precisa “que ahora vemos normal combinar blanco, rojo y verde. Pero en aquella época no se podía”. Similar lectura realiza Txomin Unzalu, de Gaztedi Dantzari Taldea del bilbaino barrio de Santutxu. “Era una manera de resistencia ante una dictadura que reprimía en todos los órdenes. Existen documentos de multas por llamar a un niño Jontxu en la calle. Hubo que rehacer lápidas que estaban en euskera”, expresa este hombre, quien además reconoce que “nadie tenía esperanzas de que se pudiera volver a hablar en euskera”.

“El objetivo no solo era bailar, sino que a través del grupo de danzas se aglutinara la gente que estaba a favor del euskera y la cultura vasca”, señala Sergio Barrios, del Eusko Lorak de Sestao, a quien le sigue sorprendiendo que los “inicios fueran clandestinos pero Eusko Lorak tenía mucho apoyo social. Por ejemplo, la familia dueña del cine Amézaga nos regaló las espadas”. Ese interés por aprender del legado que había formado la sociedad de Bizkaia se topó con varios obstáculos, como le ocurrió al grupo Laguntasuna de Barakaldo, que se fundó en 1949. “Hubo un intento de crear la agrupación en 1943 pero como varios de los integrantes habían sido gudaris, las autoridades no dieron su permiso”, afirma Joseba Altube, su presidente.

Si el régimen oprimía cualquier intento de aprender la cultura vasca, las agrupaciones contaron con el respaldo que les proporcionaron los párrocos de las iglesias locales. Así lo cuenta Magdalena Ruifernández, de Amaia Dantza Taldea de Barakaldo. “Se fundó como agrupación Amaia y estaban bajo el cobijo del párroco de Lutxana que fue quién les cedió los locales para ensayar”, resalta. Esta comunión con la iglesia también se produjo en Edurre, Laguntasuna y Gaztedi. De hecho, la entidad basauritarra debe su nombre a la “Virgen de la Nieves que es la patrona de Ariz”. Para Joseba Altube, “el apoyo de la iglesia fue fundamental. Si no, hubiera sido imposible” que Laguntasuna llegara a ser lo que es hoy en día.

cambios sociales Todos estos grupos de danza han cumplido ya seis décadas de trayectoria en las que han vivido en primera persona la evolución de las propias danzas como de la sociedad. “En aquella época, los espectáculos de danza tenían un prestigio terrible. Acudían personas que habían estado en campos de concentración y les veíamos llorar de emoción”, recuerda Txomin Unzalu, quien señala que ahora “los tiempos son distintos. Ha mejorado mucho la presentación de los espectáculos, del repertorio, hay otra preparación... Los que empezamos tenemos mérito pero los que han seguido también. Hay que procurar que la cadena no se rompa”. “Ahora hay mucha más oferta de ocio. Antes, tu vida era el grupo de danza”, rememora Magdalena Ruifernández mientras que Joseba Altube reconoce que “el compromiso con el grupo ha cambiado”. El que los más jóvenes se acerquen a un grupo de danzas a aprender a bailar se complica por la gama de actividades que tienen en la actualidad para disfrutar de su tiempo de ocio. “Tenemos que competir con el fútbol, que arrasa”, destaca Kepa Ogiza.

El valor que han aportado las entidades a los barrios y localidades es incalculable porque durante muchos años han ejercido como motor de la vida social. “El Gaztedi en mis tiempos era muy familiar. De hecho, no ha perdido el espíritu del barrio de Santutxu”, apunta Unzalu. Altube señala que “ahora tenemos un ámbito de actuación más amplio que el propio grupo de danzas, aunque siempre hemos estado como dinamizador cultural de nuestro entorno más cercano, en nuestro caso el barrio de San Vicente”.

Los grupos de danza siempre han estado ligados a la tradición de bailar en la calle, de no poner barreras visuales al espectador. “Somos grupo de plaza”, remarca la representante de Amaia. “No son para bailar en un escenario porque se bailan para adelante, para atrás y para los laterales”, explica Sagrario Alcoceba, de Edurre.

Hay una edad crítica que marca a todas las agrupaciones de danza: cuando los chavales cumplen 13-14 años y muchos abandonan los grupos. “Siempre hemos tenido más chicas que chicos”, apunta Kepa Ogiza, quien subraya que “parece que las chicas se cansan antes. Es un reflejo de la sociedad”. “Tenemos relevo, pero de 60 niños, a una edad igual solo siguen 5”, reconoce Sergio Barrios, mientras que Magdalena Ruifernández aporta que “antes los chicos aguantaban hasta que iban a la mili, pero ahora…”. Además, también se encuentran con “la presión del entorno que les cohíbe”.

Ninguno de los seis grupos que recibirán un premio el próximo miércoles baila danzas autóctonas, sino que se han tenido que empapar de otras que se realizan en diferentes puntos de Euskal Herria para conformar su repertorio. “Somos un grupo que intentamos hacer las danzas como son: los pasos, la vestimenta…”, detalla Kepa Ogiza, que revela que en Edurre “buena parte” del repertorio es de “Nafarroa y Lapurdi”. En Eusko Lorak, por su parte, intentan “ir a los lugares de donde son las danzas autóctonas” para aprender en primera línea y transmitirlo a los dantzaris que acuden a los ensayos.

Las horas de entrenamiento han variado, el grupo de danzas ya no es el punto de reunión del barrio o de la localidad y ello se aprecia en los espectáculos que se realizan. “Antes había una calidad de dan-tzaris buena porque se ensayaba mucho y se jugaba mucho en la calle”, dice Magdalena Ruifernández, quien puntualiza que “los niños están muy estáticos”, lo que dificulta la preparación de las danzas. Y ese aspecto ‘más deportivo’ también lo destaca Kepa Ogiza, que incide en “el trabajo de coordinación física” que hay a la hora de preparar una danza.

A pesar de todas las dificultades, los grupos tienen relevo generacional. Aunque para Sergio Barrios, el objetivo de las danzas tendría que ser “tener una ideología social, de pertenecer a un pueblo”. Txomin Unzalu concluye, por su parte, “que si entras en un grupo de danzas por afición, más vas a amar esa cultura. Vas a tener la necesidad de aprender el idioma, de conocer el país”.

eusko lorak. Nació en el Patronato de Sestao en 1957 y, a pesar de la clandestinidad, contó desde los inicios con un gran respaldo social. Además de enseñar las danzas vascas, también se enseñaba euskera. Hoy en día, entre dantzaris y músicos, unas 120 personas forman parte de esta entidad que guarda una gran colección de tocados y sombreros vascos, que han expuesto en alguna ocasión. Foto: Eusko Lorak

dantzarien sariak

laguntasuna dantza taldea. En 1943 hubo un intento de crear una agrupación pero la presencia de gudaris impidió su formación. En 1949 se constituyó en el barrio barakaldarra de San Vicente y ahora su función abarca más ámbitos del aspecto cultural que solamente la danza. “Somos un dinamizador del barrio y hemos recuperado tradiciones barakaldesas”, apunta Joseba Altube. Foto: Laguntasuna Dantza Taldea

gernikako elai-alai dantzari taldea. Esta entidad nació para transmitir los bailes tradicionales de Euskal Herria en la villa foral. Con el paso del tiempo, se ha caracterizado por aprender nuevas danzas así como por recuperar bailes tradicionales. Entre sus hitos, en estos más de 60 años, destaca que fue el primer grupo de danzas en el que pudieron participar mujeres . Foto: Txebi Arriga

amaia dantza taldea. Nacido en 1955 en el barrio barakaldarra de Lutxana, esta entidad tuvo el apoyo del párroco que les cedió locales para ensayar, aunque ahora disponen de un local cedido por el Ayuntamiento de la localidad. Es uno de los dinamizadores más importantes de Lutxana ya que no hay evento que no cuente con su presencia, desde fiestas a actos más puntuales. Foto: Amaia Dantza Taldea

http://www.deia.com/2017/11/20/bizkaia/la-reivindicacion-de-la-cultura

Deia
20 Noviembre 2017