Bajo las faldas de los Gigantes

Niños y jóvenes bilbainos aprenden las técnicas para bailar estas figuras.

gigantes

LOS niños admiran a los Gigantes y a los Cabezudos. Sus ojos brillan cada vez que los ven y la ilusión se dibuja en sus rostros. “¡Me encantan! Son muy originales”, admitía Unai Gómez que ayer, junto a su ama, no quiso perderse una de las tres citas que tiene programadas el Museo Vasco para jóvenes de entre 6 y 15 años para aprender a bailar Gigantes. En la entrada, se encontraban Don Terencio y Doña Tomasa que se encargaron de recibir a los niños que impacientes querían ver de cerca a sus figuras favoritas. Alrededor de las 11.00 horas, una docena de Cabezudos y Gigantes les esperaban para pasar una mañana emocionante bajo sus faldas.

“Es la primera vez que veo y monto un Gigante. Es una pasada”, decía Iraide Collartes que estaba de colonias con otros compañeros y decidieron pasar un par de horas en el Museo Vasco. Todos los asistentes disfrutaron como nunca. “Cuando llegue a casa les contaré a mis aitas que me lo he pasado muy bien y he disfrutado. Les diré que me traigan más veces”, dijo la joven con ganas de seguir disfrutando de la sesión.

A simple vista parecen figuras fáciles de manejar, pero Samuel Hernández desveló lo contrario. “Pesan mucho porque he probado uno de los grandes. Hay que llevarlos bien porque si no se te pueden caer al suelo”, contaba. Pero todos los niños estaban a salvo por si había alguna caída porque hasta el Museo Vasco se personaron algunos de los miembros de la asociación Ondalan constituida en 1996, para enseñar a los niños cómo bailar estos Gigantes. Nadie mejor que ellos para darles algunos consejos de cómo portarlos. Los había de todos los tipos y tamaños para que puedan bailarlos sin dificultades.

“Para nosotros es muy gracioso porque ves como disfrutan. Además, este taller en el Museo Vasco es una de los más importantes que hacemos por la repercusión que tienen y porque le da más oficialidad a los ensayos que hacemos”, comentaba uno de los miembros de la junta directiva, Igor Díez. Igor lleva desde que se fundó la asociación y desde entonces, enseña a personas de todas las edades a bailar Gigantes. “En Ondalan hay personas de todas las edades. Tenemos desde los 6 hasta los 60 años”, proseguía.

Importancia cultural Esta es una cita especial para Ondalan y para los bilbainos. “Desde hace cinco años para nosotros este taller es una visita obligada. Que mi hijo valore la importancia cultural de estas figuras es muy bonito porque son representativas para nuestra ciudad y nuestras fiestas”, explicaba Miriam Urrutia, una ama apasionada de los Gigantes que ayer no dudó en acercar a su hijo hasta el Museo Vasco.

A parte de bailar, los niños pudieron divertirse en uno de los talleres que se programaron para la ocasión. Todos pudieron hacerse con chapas con el rostro de su personaje favorito. Sin duda, un detalle que guardarán para el recuerdo. Iraide se llevó tres a casa y se los puso en la camiseta naranja que vestían también el resto de sus compañeros de colonias. “Volveremos el año que viene porque nos lo hemos pasado muy bien”, concluían.

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Deia
6 Julio 2018